La Orquesta de Córdoba graba 'El puñao de rosas' de Chapí y 'Viva Córdoba' de Valverde

Ensayo de la grabación (Coro de la Ópera de Córdoba)

La Orquesta de Córdoba bajo la batuta de su director titular y artístico, Carlos Domínguez-Nieto, ha grabado la zarzuela 'Viva Córdoba' de Joaquín Valverde, más conocido como 'Quinito Valverde' (Madrid, 1875 - Ciudad de México, 1918) y una nueva versión de 'El puñao de rosas' de Ruperto Chapí (Villena, 1851-Madrid, 1909), que se lanzarán en un único CD en 2022 con motivo del 30º aniversario de la formación. Ambas obras, que la orquesta interpretó en concierto en mayo de 2019, fueron compuestas en 1902. Para el registro discográfico se ha contado con la colaboración de la soprano cordobesa Auxiliadora Toledano y de la malagueña Berna Perles, el barítono cordobés Javier Povedano y el Coro de Ópera de Córdoba.

El maestro Carlos Domínguez-Nieto encontró 'Viva Córdoba' en los archivos de la SGAE y decidió interpretarla con la orquesta. Este es el primer registro fonográfico de la obra, de la cual se decía en el programa de mano del concierto de 2019: 

"Este sainete lírico, característica forma perteneciente al llamado género chico, toma su título de la exclamación con la que saludaban a un banderillero cordobés, Rafael, los vecinos, amigos y conocidos de su barrio, ¡Viva Córdoba!, sabedores del amor que sentía por su tierra, que él mismo expresa en la quinta escena del primer cuadro en su conversación con el señor Pedro. La acción se desarrolla en Madrid durante la primera década del siglo XX, sucediéndose en ella un último episodio de seducción de tal protagonista por Jesusa, y sus distintos trances antes de llegar al convencimiento de su mutuo amor, todo ello discurriendo en el ambiente de una fiesta con la que un personaje, el guarnicionero Pedro, celebra su cumpleaños. 

Siendo esta la trama principal, se entremezcla con otras encontradas historias amorosas como la suscitada por Rosa, hija del mencionado talabartero, a quien pretenden el pastelero, Primitivo, y el cantante de cafetín, Marsilla, lo que provoca enfrentamientos entre ellos que derivan en alguna que otra situación cómica. En esta obra se reflejan costumbres reales del pueblo llano, situándose en el ambiente de la vida cotidiana de un vecindario del que se realza cierta comicidad de trato entre sus habitantes, aspecto éste que queda abierto a la vis dramática que cada actor y cantante pueda aportar. 

Presenta dos enredos amorosos de unos personajes que son tratados sin ninguna profundización en su personalidad, lo que lleva a un elemental planteamiento teatral que sólo persigue el ofrecimiento de una fácil diversión para el espectador. De su sencilla música, no por ello menos interesante, compuesta por Joaquín Valverde Sanjuán, hay que decir que tiene limitadas pretensiones, destacando dos atractivos cuplés y sus correspondientes tangos morrongos de manifiesta función picaresca, que tanta gracia producían siempre en el público de aquella época. En cuanto al estreno de este sainete, la prensa madrileña se manifestó con opiniones encontradas... Ante la división de opiniones del respetable, los autores del libreto prefirieron no saludar ausentándose del palco. Pensándolo mejor, sí lo hizo el compositor desde el escenario".