La Audiencia de Bizkaia desestima la demanda de María Bayo contra la ABAO

María Bayo (Fidelio Artist)

El Juzgado Nº 8 de lo Social de la Audiencia de Bizkaia ha desestimado la demanda de la soprano María Bayo (Fitero, Navarra, 1961) contra la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) por la rescisión de su contrato para cantar el rol de doña Elvira en 'Don Giovanni' de Mozart el pasado mes de febrero, según informa César Coca en El Correo. La jueza ha estimado que la cláusula que se incluye en la mayoría de los contratos de los teatros líricos europeos, por la que un cantante de ópera puede ser recusado para una función si el responsable musical del espectáculo considera que no está en condiciones vocales de afrontar su papel, no es abusiva como alegaba la cantante. Bayo, que reclamaba 126.000 euros, tiene cinco días para recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

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La soprano fue recusada por la directora musical de la ópera, la canadiense Keri-Lynn Wilson, al finalizar el tercer ensayo de la misma, alegando que Bayo no tenía en aquel momento el volumen de voz suficiente y presentaba problemas de afinación y en los agudos, dificultad en la zona de paso y desajustes importantes durante los concertantes y que su decisión "pretendía protegerla".

La abogada de la artista intentó demostrar en el juicio que se recusó a su cliente sin apenas darle ocasión de demostrar si estaba o no en condiciones de cantar, ni oportunidades para mejorar su prestación vocal, llegando incluso a sugerir que daba la impresión de que estaba despedida antes de iniciar los ensayos, algo que fue negado categóricamente desde la ABAO.

La foniatra Susana Ruiz, que la trata desde hace treinta años, y que es también socia de la ABAO certificó ante la jueza que la voz hablada de Bayo estaba en perfecto estado al día siguiente de su despido. La magistrada entendió que la apreciación sobre el estado vocal de Bayo no era contradictoria con el hecho de que la cantante interpretara otras representaciones en perfectas condiciones vocales meses antes o después de la recusación.

La cantante planteó que la cláusula que establece que un artista recusado no cobra más que los gastos de viaje y alojamiento, es "abusiva", algo que nadie denuncia por temor a los problemas que podría causar a su carrera. Desde la asociación se respondió que la claúsula era la habitual en este tipo de contratos y que la soprano había trabajado siempre con esas condiciones que había aceptado libremente.

La indemnización reclamada se basaba en los daños morales causados, las lesiones al honor de la artista por la difusión de la noticia de la recusación y en el lucro cesante que el despido produjo, cantidad a la que habría que sumar los 36.000 euros del caché. Se trata de la primera vez que un juicio de estas características llega a los tribunales españoles.