La plaza de toros de Aranjuez acoge una representación de 'La verbena de la Paloma'

La plaza de toros de Aranjuez acoge este sábado 21 de julio a las 22.00 horas la representación de 'La verbena de la Paloma' de Tomás Bretón por la compañía ÓperaNova. La función, con entrada libre, se enmarca dentro del Festival de Verano ‘Las lunas de Aranjuez’, que se celebra durante las noches de los fines de semana de julio en el coso taurino de la localidad. La dirección musical de la obra estará en manos de Monserrat Font Marco y la escénica en las de Carlos Pardo.

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El elenco está integrado por Carmen Aparicio (Susana), Carlos Pardo (Julián), Ángel Walter (Hilarión), Miriam Toledo (Tía Antonia), Raquel Vaca (Señá Rita), Mario Rodrigo (Tabernero), Narciso Tenorio (Don Sebastián), Carlos London (Sereno), Isabel García (Casta), Rodrigo Fernández (Guardia 1), Ivan Pimentel (Guardia 2), Pilar Uceda (Madre y vecina 1), Estefanía Flores (Vecina 2), Sara (Doña Severiana), Marivi (Doña Mariquita), Almudena Rodríguez (Teresita), Elena Bejerano (Mujer de Bonifacio), Antono Escudero (Bonifacio) y Samuel García (Hijo del hojalatero). Estarán acompañados por el coro de 'Getafe en Clave' y por las bailarinas Sara García y Almudena Rodirguez. La dirección técnica e iluminación es de Jaime Palacios y la creación visual de Miriam Toledo.

‘La verbena de la Paloma’ se estrenó hace 124 años con el subtítulo ‘El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos’. La trama de la obra se sitúa en el Madrid de finales del siglo XIX, en un ambiente castizo de verbenas y corralas. En ellas desfilan chulapas y chulapos y todo tipo de personajes típicos: guardias, serenos, boticarios, cantaoras o taberneros, entre otros muchos. La zarzuela, con libro de Ricardo de la Vega, se inspira en la historia real de un joven, cajista de imprenta, que provocó una pelea por celos en una verbena popular al descubrir a su novia en compañía de un anciano boticario. De la Vega entregó el libreto al maestro Ruperto Chapí para que lo musicara pero como éste no lo hizo, pasó el encargo al músico salmantino Tomás Bretón. El éxito de la obra fue tan grande que pronto se representó en teatros de toda Europa y América. El compositor escribió la partitura en 19 días inspirándose en el Madrid popular del momento. La pieza se estrenó en el madrileño Teatro Apolo el 17 de Febrero de 1894.