Codalario se despide de sus lectores con un comunicado de su fundador y director
La revista de música clásica Codalario, que ha celebrado en 2015 la tercera edición de los premios de música que llevan su nombre, finaliza su publicación y se despide de sus lectores con un comunicado de su fundador y director, Aurelio M. Seco.
Codalario, un referente en su campo, fue creada por Martínez Seco a finales de 2009 y cuenta con una amplia plantilla de casi 30 colaboradores que elabora, además de la edición digital, un anuario en papel que recoge las entrevistas, reseñas y reportajes más significativos ofrecidos a través de su página web.
En el comunicado, el director de la revista que achaca la decisión a "diferencias irreconciliables con el equipo de dirección", deja abierta la puerta a ofertas empresariales para hacerse cargo de la publicación. Explica su intención previa de desvincularse de la dirección de Codalario para dejarla en manos del equipo de redacción, algo que, en sus palabras, se volvió inviable ante la actitud y las calumnias de los miembros del mismo.
Aurelio Martínez Seco es licenciado en Musicología por la Universidad de Oviedo y en Historia del Arte por la de Santiago de Compostela. Fundador y director de las revistas Páramo, dedicada al mundo de la cultura y Codalario, de música clásica y creador de los Premios Codalario de la Música. Ha ejercido como crítico musical en La Voz de Asturias y en la actualidad escribe en Scherzo y en Tribulaciones de Aurelio M. Seco. Además es profesor de música en un instituto de enseñanza secundaria. En su comunicado anuncia su intención de continuar escribiendo en otros medios y en su blog personal y abre la posibilidad de iniciar otro proyecto como Codalario.
COMUNICADO SOBRE EL CIERRE DE CODALARIO. POR AURELIO M. SECO
8 de noviembre de 2015
Queridos amigos de Codalario
Lamento tener que comunicaros que, como fundador y director de Codalario, la Revista de Música Clásica, creador de los Premios Codalario de la Música, como propietario de la marca Codalario y de la web que la soporta, he tomado la decisión de cerrar la revista. Estoy seguro de que muchos de vosotros os sorprenderéis con la decisión, sobre todo porque, aparentemente, Codalario estaba pasando por su mejor momento desde su creación. No es exactamente así, por desgracia, debido sobre todo a diferencias irreconciliables con el equipo de dirección.
Lamentablemente, me veo obligado a hacer este comunicado público, que no tenía previsto realizar, al observar determinadas acciones que intentan poner en duda mi reputación -que he logrado alcanzar únicamente por méritos personales a lo largo de muchos años de trabajo- e intachable conducta. No esperaba tal deslealtad y mezquindad de personas en las que había depositado toda mi confianza y que he llegado a considerar grandes amigos.
Es triste ver que a quien tú le has dado la oportunidad de hacerse un nombre, siembre la duda con mentiras y calumnias e intente manchar el mío -que con tanto esfuerzo me he labrado-, haciéndolas llegar a personas del mundo de la música, con la única intención de perjudicar mi prestigio, incluso con descalificaciones personales. En toda esta pesadilla, es reconfortante, no obstante, recibir el aliento y apoyo de otros colaboradores de Codalario, artistas y entidades, que sólo están teniendo para mí palabras de cariño y agradecimiento, sin creer por un instante los infundios vertidos. Muchas gracias por vuestra confianza y cariño.
Fundé la revista como un proyecto empresarial y editorial personal, cuyo coste económico he tenido que asumir yo en exclusiva desde el principio. Los colaboradores que han querido escribir en Codalario lo han hecho siempre conscientes de que la situación empresarial de la revista no permitía remunerarles, salvo en contadas ocasiones. Sin embargo, y gracias al esfuerzo de diversas empresas que en los últimos años nos han apoyado, y al mío propio, he podido, por lo menos, recompensar siquiera modesta y simbólicamente dicho esfuerzo con pequeños ingresos puntuales a los miembros del equipo de redacción; siempre han sido más, en cualquier caso, de los que la empresa se podía permitir. No quiero esconder que el esfuerzo ha sido titánico, tanto en lo personal como en lo económico, pues no ha sido fácil soportar toda la infraestructura que ha generado la revista, ni estar a la altura que su imagen iba adquiriendo con el paso del tiempo.
Una vez que este proyecto personal creció y di la oportunidad de que algunas personas tuvieran más peso en la revista, ésta empezó a tomar un rumbo -en ocasiones desconocido por mí- que se alejaba de los principios que siempre he querido que la soportasen. Mi integridad personal y profesional no me permitieron continuar de esta forma, por lo que, llegado el momento, decidí desvincularme de su dirección lo más discretamente posible, con el fin de que mi marcha no perjudicase la continuidad de la revista.
Lamentablemente, en los últimos días me he visto sorprendido - es lo que me ha obligado a hacer este comunicado-, con la situación de que cuando quise dejar las riendas a quienes suponía eran mis sucesores naturales, y hacerlo de manera altruista y totalmente desinteresada, durante el proceso de transición se han dado una serie de circunstancias intolerables y decepcionantes, que me impiden dejar en sus manos la revista que he creado con tanto esfuerzo, como era mi intención inicial. Tras los últimos acontecimientos, esta posibilidad se hace inviable. Desde este mismo instante dejo abierta la puerta a posibles ofertas empresariales.
Voy a permitirme daros un último consejo, uno más de los tantos que me habéis pedido a lo largo de todo este tiempo, llegándome a decir que los míos eran siempre como los de un padre: la integridad y honestidad son las bases de un buen crítico. Las ansias de poder suelen nublar el juicio y nunca han sido buenas consejeras. Mucha suerte en vuestros nuevos proyectos.
Me gustaría dar las gracias a todos los lectores que, con su apoyo, nos han permitido llegar hasta aquí, y a las empresas y artistas que, de una u otra forma, han colaborado con “Codalario, la Revista de Música Clásica”. En los próximos días me pondré en contacto con ellos para comunicarles mi decisión y rematar todos los asuntos empresariales y editoriales que quedan pendientes.
No quiero esconder que haber tomado esta decisión, que no responde a un hecho puntual sino que está profundamente meditada, es una de las más duras y tristes de mi vida.
Quiero que mis últimas palabras en este medio sean para los colaboradores. Nunca os estaré lo suficientemente agradecido por todo vuestro trabajo, ilusión, esfuerzo y generosidad. Vosotros sois Codalario. Mi infinita gratitud.
Personalmente, proseguiré con mi trayectoria profesional en otros medios de comunicación, de momento en mi blog personal: “Tribulaciones de Aurelio M. Seco” (tribulacionesweb.com/) y, quién sabe, quizás en algún proyecto de futuro que me vuelva a ilusionar.
Muchas gracias por vuestra comprensión y atención.
Un abrazo.
Aurelio Martínez Seco.
Fundador y director de “Codalario, la Revista de Música Clásica”.
Codalario, un referente en su campo, fue creada por Martínez Seco a finales de 2009 y cuenta con una amplia plantilla de casi 30 colaboradores que elabora, además de la edición digital, un anuario en papel que recoge las entrevistas, reseñas y reportajes más significativos ofrecidos a través de su página web.
En el comunicado, el director de la revista que achaca la decisión a "diferencias irreconciliables con el equipo de dirección", deja abierta la puerta a ofertas empresariales para hacerse cargo de la publicación. Explica su intención previa de desvincularse de la dirección de Codalario para dejarla en manos del equipo de redacción, algo que, en sus palabras, se volvió inviable ante la actitud y las calumnias de los miembros del mismo.
Foto: Aurelio M. Seco (Facebook del director) |
COMUNICADO SOBRE EL CIERRE DE CODALARIO. POR AURELIO M. SECO
8 de noviembre de 2015
Queridos amigos de Codalario
Lamento tener que comunicaros que, como fundador y director de Codalario, la Revista de Música Clásica, creador de los Premios Codalario de la Música, como propietario de la marca Codalario y de la web que la soporta, he tomado la decisión de cerrar la revista. Estoy seguro de que muchos de vosotros os sorprenderéis con la decisión, sobre todo porque, aparentemente, Codalario estaba pasando por su mejor momento desde su creación. No es exactamente así, por desgracia, debido sobre todo a diferencias irreconciliables con el equipo de dirección.
Lamentablemente, me veo obligado a hacer este comunicado público, que no tenía previsto realizar, al observar determinadas acciones que intentan poner en duda mi reputación -que he logrado alcanzar únicamente por méritos personales a lo largo de muchos años de trabajo- e intachable conducta. No esperaba tal deslealtad y mezquindad de personas en las que había depositado toda mi confianza y que he llegado a considerar grandes amigos.
Es triste ver que a quien tú le has dado la oportunidad de hacerse un nombre, siembre la duda con mentiras y calumnias e intente manchar el mío -que con tanto esfuerzo me he labrado-, haciéndolas llegar a personas del mundo de la música, con la única intención de perjudicar mi prestigio, incluso con descalificaciones personales. En toda esta pesadilla, es reconfortante, no obstante, recibir el aliento y apoyo de otros colaboradores de Codalario, artistas y entidades, que sólo están teniendo para mí palabras de cariño y agradecimiento, sin creer por un instante los infundios vertidos. Muchas gracias por vuestra confianza y cariño.
Fundé la revista como un proyecto empresarial y editorial personal, cuyo coste económico he tenido que asumir yo en exclusiva desde el principio. Los colaboradores que han querido escribir en Codalario lo han hecho siempre conscientes de que la situación empresarial de la revista no permitía remunerarles, salvo en contadas ocasiones. Sin embargo, y gracias al esfuerzo de diversas empresas que en los últimos años nos han apoyado, y al mío propio, he podido, por lo menos, recompensar siquiera modesta y simbólicamente dicho esfuerzo con pequeños ingresos puntuales a los miembros del equipo de redacción; siempre han sido más, en cualquier caso, de los que la empresa se podía permitir. No quiero esconder que el esfuerzo ha sido titánico, tanto en lo personal como en lo económico, pues no ha sido fácil soportar toda la infraestructura que ha generado la revista, ni estar a la altura que su imagen iba adquiriendo con el paso del tiempo.
Una vez que este proyecto personal creció y di la oportunidad de que algunas personas tuvieran más peso en la revista, ésta empezó a tomar un rumbo -en ocasiones desconocido por mí- que se alejaba de los principios que siempre he querido que la soportasen. Mi integridad personal y profesional no me permitieron continuar de esta forma, por lo que, llegado el momento, decidí desvincularme de su dirección lo más discretamente posible, con el fin de que mi marcha no perjudicase la continuidad de la revista.
Lamentablemente, en los últimos días me he visto sorprendido - es lo que me ha obligado a hacer este comunicado-, con la situación de que cuando quise dejar las riendas a quienes suponía eran mis sucesores naturales, y hacerlo de manera altruista y totalmente desinteresada, durante el proceso de transición se han dado una serie de circunstancias intolerables y decepcionantes, que me impiden dejar en sus manos la revista que he creado con tanto esfuerzo, como era mi intención inicial. Tras los últimos acontecimientos, esta posibilidad se hace inviable. Desde este mismo instante dejo abierta la puerta a posibles ofertas empresariales.
Voy a permitirme daros un último consejo, uno más de los tantos que me habéis pedido a lo largo de todo este tiempo, llegándome a decir que los míos eran siempre como los de un padre: la integridad y honestidad son las bases de un buen crítico. Las ansias de poder suelen nublar el juicio y nunca han sido buenas consejeras. Mucha suerte en vuestros nuevos proyectos.
Me gustaría dar las gracias a todos los lectores que, con su apoyo, nos han permitido llegar hasta aquí, y a las empresas y artistas que, de una u otra forma, han colaborado con “Codalario, la Revista de Música Clásica”. En los próximos días me pondré en contacto con ellos para comunicarles mi decisión y rematar todos los asuntos empresariales y editoriales que quedan pendientes.
No quiero esconder que haber tomado esta decisión, que no responde a un hecho puntual sino que está profundamente meditada, es una de las más duras y tristes de mi vida.
Quiero que mis últimas palabras en este medio sean para los colaboradores. Nunca os estaré lo suficientemente agradecido por todo vuestro trabajo, ilusión, esfuerzo y generosidad. Vosotros sois Codalario. Mi infinita gratitud.
Personalmente, proseguiré con mi trayectoria profesional en otros medios de comunicación, de momento en mi blog personal: “Tribulaciones de Aurelio M. Seco” (tribulacionesweb.com/) y, quién sabe, quizás en algún proyecto de futuro que me vuelva a ilusionar.
Muchas gracias por vuestra comprensión y atención.
Un abrazo.
Aurelio Martínez Seco.
Fundador y director de “Codalario, la Revista de Música Clásica”.
Codalario se despide de sus lectores con un comunicado de su fundador y director
Reviewed by Diario Lírico
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10.11.15
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1 comentario:
Lo siento mucho...
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