Un laboratorio británico investiga la relación entre el canto coral y el covid-19

El diario 'The Guardian' lo lleva en portada con el título 'La crisis coral'. No es para menos. Según refleja el rotativo londinense, son 40.000 los coros británicos silenciados debido a la pandemia del coronavirus covid-19. Porque, efectivamente, cantar en coro está de hecho prohibido en la isla, al menos hasta el 1 de agosto. Se puede tomar una pinta de cerveza, acudir al cine, hacer barbacoas o casarse, pero en ningún caso, de momento, puede celebrarse un concierto coral. Hasta la fecha, no había datos científicos que ligaran el canto con la expansión del virus, pero la respuesta positiva o negativa parece estar a la vuelta de la esquina.

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La total prohibición del canto colectivo por ser "peligroso" ya merecía a finales de junio un reportaje en la televisión pública BBC, en el que se ponía de manifiesto que no hay hasta ahora estudios científicos significativos, mediciones que demuestren que cantar es más peligroso en esta pandemia que una conversación en el pub, en lo relativo a la propagación del covid-19 por medio de las gotas de saliva que escapan cuando se tose, estornuda, respira agitadamente o, teóricamente, cuando se canta o se tocan instrumentos musicales de viento.

La respuesta llegará en cuestión de semanas. El otorrinolaringólogo Declan Costello y el profesor de Química en la Universidad de Bristol Jonathan Reid están al frente de este estudio financiado por el Gobierno, en el que, según relata 'The Guardian', se han realizado pruebas con 25 cantantes profesionales y 15 instrumentistas, a quienes también se hace cantar.

Los científicos, que son además cantantes aficionados, y los participantes en el laboratorio tienen la esperanza de que las conclusiones permitan flexibilizar las condiciones impuestas al canto y que se puedan retomar las actuaciones públicas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud, pese a las críticas, sigue sin pronunciarse claramente sobre la transmisión por el aire.

Sin embargo, los antecedentes en la actual pandemia no son positivos. El caso más impactante corresponde al coro del condado de Skagit, en Washington (Estados Unidos). En marzo, tras un ensayo de dos horas y media con 61 participantes, uno de ellos con síntomas del virus, se detectaron 53 casos de covid-19 (33 confirmados y 20 probables). El contagio llevó al hospital a tres personas y dos de ellas murieron, según explica el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades del Gobierno estadounidense.