El Real reabre sus puertas con estrictas medidas de seguridad sanitaria y pocos descansos para comprimarios y coro
El Teatro Real ha reabierto sus puertas este miércoles 1 de julio con una versión semiescenificada de 'La Traviata' de Verdi, que se representará en 27 ocasiones hasta el 29 de julio con cuatro repartos (cinco Violetas) y tres turnos en la orquesta, pero con sólo dos días de descanso (el 6 y el 20) para comprimarios y coro, en vez del día y medio semanal correspondiente. Los protocolos para la vuelta a la actividad han sido establecidos por un comité de expertos que han marcado estrictas medidas de seguridad sanitaria tanto para el público como para el personal del teatro. La primera función, con el 50% del aforo (869 espectadores), se inició con un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus tras una locución de Iñaki Gabilondo en la que este citó a Cervantes, para destacar la capacidad del arte de "componer los ánimos descompuestos", y recordó que, con esta representación "se ponía fin a noventa días de silencio, con la vida suspendida".
La obra estará protagonizada por la soprano letona Marina Rebeka, la zaragozana Ruth Iniesta, la rusa Ekaterina Bakanova, la croata Lana Kos y la estadounidense Lisette Oropesa en el papel de Violeta; el tenor estadounidense Michael Fabiano, el italiano Ivan Magrì, el estadounidense Matthew Polenzani y el jerezano Ismael Jordi como Alfredo Germont; y el barítono polaco Artur Rucinski, el italiano Nicola Alaimo, el español de origen gallego Luis Cansino y el coruñés Javier Franco encarnando a Giorgio Germont. Completan el reparto la mezzosoprano crevillentina Sandra Ferrández (Flora Bervoix) y la andoaindarra Marifé Nogales (Annina), el tenor barcelonés Albert Casals (Gastone), el barítono zaragozano Isaac Galán (El barón Douphol), el barítono mallorquín Tomeu Bibiloni (El marqués de Obigny), el bajo barcelonés Stefano Palatchi (El doctor Grenvil), el tenor italo-argentino Emmanuel Faraldo (Giuseppe, criado de Violetta), el barítono cubano Elier Muñoz (Un mensajero) y el bajo Carlos García (Un criado de Flora).
Debido a las restricciones de movilidad provocadas por la crisis del coronavirus los ensayos comenzaron el 19 de junio con todos los solistas, con excepción de la soprano Lisette Oropesa, que llegará a Madrid el 13 de julio para participar en las representaciones de los días 18, 22, 25 y 28. El coro ya había ensayado musicalmente la obra antes del confinamiento. La versión semiescenificada utiliza elementos de atrezzo, vestuario y caracterización procedentes de los fondos del Teatro.
A los 51 cantantes del coro se les realizaron test del coronavirus a principios de junio, sin que se les hayan vuelto a repetir, a pesar de que entre los cantantes de la agrupación se produjo antes del confinamiento un positivo en la enfermedad y varios coristas con síntomas compatibles con el coronavirus. Los miembros del conjunto actúan sobre tarimas, con una distancia de seguridad de dos metros entre sus miembros, en un área de 260 metros cuadrados. Por otra parte se ha ampliado el número de camerinos, para maximizar la distancia y una inspectora de la subcontrata acude regularmente para controlar que todos empleen la mascarilla. La ausencia de descansos se ha justificado como "un pequeño esfuerzo a realizar, por haber completado el sueldo a percibir durante el cierre del teatro". La empresa Intermezzo, que gestiona el coro del Real, ya ha recibido varias sanciones de inspección de trabajo por incumplir las condiciones laborales respecto a tiempos de descanso o devolución de festivos trabajados, entre otras.
Los solistas se mueven en una ‘escenografía’ marcada por un reticulado de cuadrados de dos por dos metros dibujados en el suelo y proyectados sobre los muros del escenario y guardan una distancia mínima de dos metros entre ellos, en un espacio de 100 metros cuadrados. Comparten el escenario, sin cruzarse con ellos, con el coro y con la banda interna (grupo de 16 músicos que toca en el escenario), que utiliza, durante su actuación, 60 metros cuadrados. La orquesta en el foso abierto en su máxima dimensión de 140 m2, para lo cual se retiran las dos primeras filas del patio de butacas, con la plantilla que pide la partitura de 'La Traviata': 56 músicos, tocará con mascarilla (en el caso de ser posible), atril individual y con 1,5 metros de distancia entre ellos. Los instrumentistas de viento tendrán paneles de metacrilato colocados delante de sus instrumentos.
El acceso del público se realizará por turnos y zonas, en franjas de 15 minutos y con mascarilla igual que en la salida y en el entreacto. En el descanso, que durará 40 minutos para dar tiempo a entrar y salir por etapas, los espectadores tendrán asignada, según su localidad, una zona de aseo y restauración. El Real ha habilitado 19 barras en las distintas plantas del teatro con bebidas y aperitivos envasados individualmente. Los aseos tendrán control de acceso para no superar su aforo y limpieza y desinfección continua. En los ascensores sólo podrá entrar una persona por cabina, salvo que sean miembros de una misma unidad familiar.
Delante de cada butaca y en las barandillas de los palcos se han colocado carteles con recomendaciones y un código QR con el que poder descargarse en el móvil el programa de la función. Las entradas telemáticas fueron enviadas al correo electrónico de cada espectador y el control se realiza a distancia mediante un lector electrónico. 'La Traviata' será grabada en una coproducción audiovisual entre TVE, Movistar y Teatro Real para su emisión en la segunda quincena de julio. Posteriormente integrará el catálogo de MyOperaPlayer.
El Real reabre sus puertas con estrictas medidas de seguridad sanitaria y pocos descansos para comprimarios y coro
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