Santiago Vela | autor: "La voz de Ángeles Gulín es la más poderosa de todas las que he escuchado en mi vida"
La editorial Témenos de Barcelona ha presentado el pasado 21 de noviembre en la Sala Carlos III del Teatro Real de Madrid el libro 'Ángeles Gulín' de Santiago Vela, con la presencia del autor y del viudo y de la hija de la desaparecida cantante, el barítono Antonio Blancas y la soprano Ángeles Blancas Gulín. El documento, homenaje a la gran soprano gallega, incluye una biografía de la cantante, con cronología y repertorio detallados, críticas de sus actuaciones, dos prólogos firmados por su marido y su hija, recuerdos personales del autor y textos de diferentes personalidades relacionadas con la artista, además de un CD con fragmentos de actuaciones en directo de la soprano en distintos teatros.
El autor, Santiago Vela Parés (Barcelona, 1943), con una trayectoria profesional ligada a la arquitectura y al urbanismo y gran aficionado a la lírica, ha publicado desde su jubilación otro libro, que él prefiere denominar 'documento' sobre el barítono barcelonés Raimundo Torres, además de numerosas colaboraciones en publicaciones del Gran Teatre del Liceu. El libro sobre Ángeles Gulín (Ribadavia, Ourense, 1939), que se presentó también el 11 de noviembre en la Galería Carles Taché de Barcelona y que en febrero tendrá su aparición pública en Vigo, hace un recorrido por la trayectoria vital y profesional de la cantante ribadaviense de la que Renata Tebaldi dijo, tras escucharla en el papel de Abigail en 'Nabucco', "sin duda es la única soprano dramática verdadera de nuestra época", añadiendo: "su inmensa voz se desenvuelve como un río de fuerza y de belleza... es un verdadero regalo para el alma",
Pregunta. ¿Por qué un libro sobre Ángeles Gulín en estos momentos?
Respuesta. En primer lugar porque creo que se lo merece. Y también diría que es una de aquellas cantantes que cantó en el Liceo una serie de obras extraordinarias y sobre las que no existe ningún documento. Yo, que ya estoy jubilado de mi profesión, ocupo mi tiempo produciendo documentos (no libros), sobre aquellos cantantes que dejaron su impronta en la historia y en cambio, no tuvieron suerte con las grabaciones discográficas que es el mejor medio para que la gente no te olvide.
P. ¿Las nuevas generaciones han olvidado a los grandes de la lírica de otras èpocas?
R. Hay cantantes como Tebaldi, Corelli, Del Monaco o Callas, que no están olvidados. Pero hay otros muchos grandes cantantes, que no tuvieron suerte con las grabaciones discográficas y el público los va olvidando lentamente. Por ello, cuando hay un cantante que merece un punto de atención, vale la pena entretenerse y reunir todas la información posible sobre él, que es lo que estoy haciendo.
P. ¿Encontró fácilmente apoyo para su publicación?
R. Tuve la inmensa suerte de conocer casualmente a Carlos Cervelló, director de Témenos Ediciones y nos hicimos grandes amigos. Un día me propuso hacer una publicación con su editora. Entonces aproveché su oferta para realizar un documento sobre el gran barítono Raimundo Torres, con cuya hija, Begoña, tengo una gran amistad. Fue el primer documento que realicé. Se presentó en la Sala de los Espejos del Liceo, en abril de 2013. Fue una fiesta magnífica a la que concurrieron muchos amigos y se vendieron más de 150 ejemplares. Carlos Cervelló quedó tan sorprendido del éxito que me ofreció editarme lo que le propusiera. Le tomé la palabra y así empecé el documento sobre Ángeles Gulín.
P. ¿Qué hace un arquitecto escribiendo un libro sobre una cantante de ópera?
R. Pues verá, cuando la crisis estalló, todo lo relacionado con el mundo de la construcción se tambaleó, dejando muchos profesionales en la cuneta. En el despacho donde yo trabajaba, los encargos cayeron en picado y entonces decidí jubilarme, pues ya tenía la edad y luchar contra las circunstancias críticas de la economía era una tarea imposible. Entonces abandoné todo lo que se refiere a arquitectura y urbanismo y me quedé exclusivamente con la música, que ha sido mi pasión a lo largo de toda mi vida, especialmente la lírica.
P. ¿Cómo se documentó para escribirlo?
R. Aparte de que Ángeles Gulín y su familia me honraron con su amistad, con lo cual, tuve acceso a muchos documentos conservados por la familia, tengo que decir que todos los teatros a los cuales me dirigí en Italia, Francia y Alemania, me contestaron con toda la exactitud a todas mis preguntas y me alentaron en la tarea de la realización de este documento pues en estos países fue una cantante muy querida.
P. ¿No lo fue en España?
R. Sí, también aquí fue muy querida y admirada. Lo que ocurre es que en la época en la cual se desarrolló la carrera de Ángeles Gulín, había pocos centros musicales dedicados a la ópera en España y no como ahora que hay infinidad de auditorios y teatros a lo largo de la Península. Esto hizo que los datos de aquí, los confirmase mediante lo que conocía de primera mano o a través de la familia Blancas-Gulín, que me aclaró todas las dudas que podía tener. También tengo que consignar que muchos amigos personales, aficionados a la ópera, me echaron una mano y por fin, pude disponer de todas las críticas de los espectáculos cantados por la Gulín a lo largo de su carrera.
P. En el libro recoge testimonios sobre la soprano de grandes figuras como Carreras, Pedro Lavirgen, Emilio Sagi o Jesús López Cobos, entre otros muchos. ¿Les invitó usted a sumarse al homenaje?
R. Intenté no dejarme a nadie. Tengo que decir que también escribí al maestro Rafael Frühbeck de Burgos y estoy seguro de que me habría respondido pues hablé en alguna ocasión con la empresa que llevaba sus cosas, pero la muerte le sobrevino antes de poder enviar una colaboración, que estoy seguro habría hecho pues era buen amigo de Ángeles Gulín y habían colaborado en muchas ocasiones. Sé que el Maestro Frühbeck de Burgos, consideraba que la Gulín era su Salud ('La vida breve') preferida, y pudieron trabajar muchas veces juntos con la ópera de Manuel de Falla.
P. ¿Nadie rehusó su invitación?
R. Todos aquellos a los cuales pedí colaboración se sumaron encantados y nadie rehusó intervenir. Lo que debo añadir es que no podía alargar hasta el infinito las colaboraciones. Y preferí ceñirme a aquellas personas que podían redondear la información sobre la cantante.
P. ¿Quién fue Ángeles Gulín?
R. Fue una cantante bastante singular. Su voz es la más poderosa de todas las que he escuchado en mi vida. Era una magnífica soprano dramática, con un repertorio muy exigente, que cantó de forma muy intensa a lo largo de su corta carrera, limitada por una salud muy mala que le jugó muy malas pasadas a lo largo de su vida. Su voz era muy hermosa, muy bien timbrada, y llenaba los auditorios donde cantaba de forma total y absoluta. Fue una cantante que sobre el escenario se entregaba totalmente y te hacía creer sus personajes.
P. ¿Por qué una soprano de su categoría que cantó con todas las grandes figuras de la época, no ha tenido la repercusión que merece en España?
R. Esto nunca se puede definir de una forma muy concreta. Por un lado, está lo que antes le comentaba sobre el tema de las cantantes con discografías casi inexistentes. Si no se le oye en disco, tiene poco alcance. Pero le diré que la Gulín cantó regularmente en Barcelona, Madrid, Bilbao, Oviedo, Vigo y A Coruña; con alguna incursión en el Festival de Granada, o en ciclos cortos de festivales líricos como Valencia, Las Palmas, Zaragoza, entre otros lugares o bien en conciertos con la Orquesta Nacional de España. Creo que es una cantante bien conocida durante el período de los años 70 y que se prodigaba a menudo en España.
P. ¿Qué características hacían diferente la voz de esta cantante gallega?
R. España es un país que da muy buenas voces. Pero son voces normalmente líricas. Si repasamos la lista de los grandes cantantes de nuestra generación, hasta Teresa Berganza que es una voz de mezzo-soprano, era una voz lírica, no profunda. La Gulín era cantante de registro central y grave bastante poderoso, además de buenos agudos, junto a una voz espectacular, queda como una voz bastante insólita en el panorama de los cantantes españoles.
P. Se pondera mucho su extraordinaria potencia pero también se habla de algunas limitaciones a la hora de hacer pianos e incluso de algún problema de afinación. ¿Hay algo de cierto en esas críticas?
R. Las grandes voces cuando llegan a la zona aguda, a veces sufren un poco. La Tebaldi que era una voz grande, llegaba difícilmente al do agudo. Caterina Mancini, otra voz muy grande, alguna vez sufría en los agudos extremos. Quizás la Gulín, en algún caso podía sufrir un poco en la afinación, aunque no era la norma, pues era una cantante valiente y que no temía a nada ni a nadie. Yo la escuché muchas veces en distintos títulos líricos y en algún caso, sufrió algún percance en el agudo, pero insisto, no era frecuente en ella. En cuanto al tema de los pianissimos, no creo que tuviese problemas con ellos. Lógicamente, los pianíssimos de la Gulín eran distintos de los de la Caballé, porque el repertorio de una y otra cantante eran distintos. Pero recuerdo perfectamente el pianíssimo famoso de LA GIOCONDA: el “Enzo adorato, oh come t’amo” y la Gulín lo hizo siempre de una manera justa, afinadísima y bellísima.
P. ¿Es verdad que la llamaban ‘El terror de los tenores’?
R. Ese comentario lo hizo el tenor Pedro Lavirgen, gran amigo de los Blancas-Gulín y se refería al poder vocal de la Gulín, que normalmente podía sobrepasar las voces de sus compañeros de escena. Pero el mismo Pedro Lavirgen cantó con ella en innumerables ocasiones. Sí es cierto que a veces, cuando ella abría su voz, el tenor que la acompañaba, si no la conocía, se quedaba asombrado. Esto pasó con Luciano Pavarotti cuando cantó 'Un ballo in maschera' con ella en el Festival de Ópera de Madrid en 1974 y también parece que Franco Bonisolli se quedó perplejo al escuchar su voz.
P. ¿Por qué se conservan tan pocas grabaciones de la cantante?
R. Esa es una cuestión que debería responder el mundo de las discográficas. Ella grabó solamente unas pocas zarzuelas y una única ópera: 'Oberto, conte di San Bonifaccio' de Verdi, junto a Simon Estes y Viorica Cortez. Debió haber grabado el 'Nabucco' de Sinopoli, pues ella era la Abigail de las funciones con los conjuntos estables de la Opera de Berlín, pero una de las malas pasadas de su salud, le impidió dejar grabada su impresionante Abigail, siendo sustituida por la también magnifica Ghena Dimitrova. Pero los intereses de las discográficas los desconozco.
P. Usted relata en su libro que trabó amistad con Gulín después de escribirle una carta que ella leyó en su presencia. ¿Qué le decía en ella?
R. La Gulín debutó en el Liceo de Barcelona, la noche del 10 de noviembre de 1970, cantando 'Aida' junto a Pedro Lavirgen y Ruza Baldani. A mí me impresionó mucho la Gulín aquella noche, aunque hubo cosas discutibles en su versión. Al día siguiente, le escribí una carta, larga, en la cual, aparte de ponderar todas sus cualidades, le contaba también mis puntos críticos. Esa carta, que en principio pensé en franquear, terminé acercándosela al Hotel Manila (donde iban la mayoría de los cantantes que cantaban en el Liceo), y una amiga me llevó hasta ella y su esposo Antonio Blancas en el salón del hotel. Ella pidió leer la carta y la leyó completa. Al terminar me hizo un comentario afectuoso y me invitó a ir a comer con ella y su esposo. Acepté encantado y de ahí nació una fortísima amistad que ha durado siempre.
P. ¿Cómo era esa Gulín de fuera de los escenarios que usted conoció tan bien?
R. La Gulín era una mujer de grandísima fuerza de voluntad, pero también una mujer muy sensible. Adoraba a la familia y a los amigos. Y si hubiese tenido que elegir entre la familia y la escena, ella se habría decantado por la familia. Pero sobre el escenario se transfiguraba y cuando ella estaba dentro del personaje, se transformaba en otro ser. Ella sobre el escenario era completamente feliz, cantar era su pasión, pero siempre anteponía sus sentimientos de persona humana por delante de los de la cantante profesional. Ella fue feliz con su marido, con su hija, con sus hermanas y sus familias, con muchos amigos, pues tenía un carácter muy agradable y siempre estaba de buen humor.
P. Volviendo al libro, sorprende la exhaustiva recopilación de repertorio, discografía y actuaciones de la soprano. ¿Cuánto tiempo le ha llevado realizar un trabajo tan detallado?
R. La cronología, que para mí es la base y el alma de este documento, se ha construido poco a poco a base de todas las informaciones recibidas. Hubo muchos teatros que respondieron a las consultas realizadas; también hubo muchos teatros en los cuales existía un maravilloso archivo al cual se podía perfectamente acceder 'on line'; muchos amigos que me han facilitado revistas con comentarios sobre ella; las críticas que me suministró el amigo Francisco Alonso, muy cercano a la familia Blancas-Gulín y otras muchas más fuentes. Podría decir que esta tarea me ha ocupado muchas horas a lo largo de dos años de trabajo.
P. En esa recopilación de repertorio destacan obras prácticamente desconocidas para el gran público como ‘Fernando Cortez’ de Spontini, ‘Maria Egiziaca’ de Respighi, ‘El poeta’ de Moreno Torroba, o ‘Francesca de Rimini’ de Rachmaninov. ¿Tenía Ángeles Gulín un especial interés por rescatar repertorio olvidado?
R. Yo creo que Ángeles Gulín se encontró con esas obras por casualidad. Más que ella buscase ese repertorio, pienso que los teatros, al ver las capacidades de la Gulín, proponían esos títulos. También se podrían añadir muchos otros fuera del repertorio normal de la época, como 'Il corsaro', 'Alzira', Aroldo' o 'Stiffelio', entre otras.
P. El volumen tiene una excelente selección fotográfica. ¿Pertenecen a su colección personal?
R. La selección fotográfica procede en parte, de la colección personal de la familia Blancas-Gulín, aunque añadí una serie de fotografías mías. Por ejemplo, todas las que aparecen realizadas en Platja d’Aro están tomadas por mí. Quiero resaltar la magnífica fotografía que hay en la portada de este documento. Admiro muchísimo esta fotografía, pues el fotógrafo supo captar la personalidad de la artista. Creo que aquellos que conocieron a la Gulín durante su tiempo de cantante, al ver esa foto, reconocerán en ella, toda su personalidad artística. Es una fotografía realizada por el fotógrafo del Teatro Massimo Bellini de Catania, y pertenece a las representaciones de 'El buque fantasma' que la Gulín cantó al lado de Giuseppe Taddei.
P. ¿Qué criterios siguió para la selección musical del CD que acompaña al libro?
R. La selección la hice pensando en ofrecer un mosaico lo más variado posible del mundo de la Gulín. Dos de las secuencias elegidas por mí, fueron substituidas a petición de Antonio Blancas, pues él quería subrayar algún otro título. El criterio de ordenación es el mismo elegido para todos los otros capítulos de este documento: un orden cronológico. Del corte de mayor antigüedad hacia adelante. Empecé por la maravillosa interpretación que ella hizo del aria de salida de Lucrezia Contarini en 'I due foscari' en Amsterdam (1968) y he terminado por la Lady Macbeth del Liceo (1979).
P. En un género en el que los precios suelen ser escandalosamente elevados, llama la atención el de este libro, 18 euros, que tiene una buena calidad de impresión, abundante material fotográfico y un CD. ¿Es política editorial o ha habido algún tipo de factor que influyese en este aspecto?
R. Esto es un mérito exclusivo de Carlos Cervelló, responsable de Témenos Ediciones. Yo creo que Carlos nunca ha pretendido enriquecerse con los títulos de su editora, pues su profesión es otra y lo que él pretende es crear distintas columnas. Y por tanto, lo que él quiere es no perder dinero, pero tampoco abusar. Y cuando sale uno de sus productos, calcula muy bien el precio que debe tener. Él es consciente de que un trabajo sobre un cantante de ópera tiene una salida limitada, pues está destinado a un público minoritario. Pero me gusta mucho su pregunta, pues creo que efectivamente, es un muy buen precio para lo que está ofreciendo.
P. Usted ha publicado el libro ‘Raimundo Torres’ sobre el barítono barcelonés y ahora éste. ¿Se plantea seguir escribiendo biografías de cantantes españoles?
R. Cuando hice el documento sobre Raimundo Torres, jamás pensé en reincidir. Pero este trabajo llegó a Antonio Blancas, también barítono, interesado en la personalidad de Raimundo Torres y luego lo vio su hija, Ángeles Blancas. Ella me pidió que hiciera un trabajo parecido sobre su madre, precisamente apelando a la gran amistad que me unía con ella. Y empezó a insistir, a ofrecerme su colaboración así como la de su padre y medio en broma, medio en serio, empecé a hacer consultas a una serie de teatros que respondieron inmediatamente y esto me ayudó a ir progresando. En cuanto a la posibilidad de hacer algún otro documento, no me lo he planteado. Pero si encuentro algún artista de los que me han interesado sobre el escenario y han ido quedando en el olvido, no lo dudaría ni un momento, pues pienso que lo que estoy haciendo es puramente un acto de justicia hacia grandes artistas que se van difuminando en el pasado.
P. En el libro relata veladas con muchos grandes cantantes de la época. ¿Escribirá algún día un libro de anécdotas sobre ellos?
R. Empecé a ir a la ópera a los 14 años y ahora tengo 74. Por tanto, han sido 60 años adorando la ópera y la voz humana, a través de grandes artistas. A lo largo de esos 60 años, he tenido la oportunidad de conocer a muchísimos cantantes. Con algunos de los cuales construí una larga amistad y lógicamente, en ese lapso de tiempo, he vivido cientos de anécdotas de todo tipo. Algunas, realmente divertidas, otras tiernas, otras sorprendentes, que sin duda darían la posibilidad de confeccionar un nuevo documento. Pero eso nunca lo haré, pues pienso que muchas veces, desconocemos lo que hay realmente detrás de una cosa chocante y trivializarlo sería un crimen. Además, adoro a los grandes cantantes y mi respeto hacia ellos es total y mi lealtad, absoluta.
Santiago Vela (cortesía del autor) |
Pregunta. ¿Por qué un libro sobre Ángeles Gulín en estos momentos?
Respuesta. En primer lugar porque creo que se lo merece. Y también diría que es una de aquellas cantantes que cantó en el Liceo una serie de obras extraordinarias y sobre las que no existe ningún documento. Yo, que ya estoy jubilado de mi profesión, ocupo mi tiempo produciendo documentos (no libros), sobre aquellos cantantes que dejaron su impronta en la historia y en cambio, no tuvieron suerte con las grabaciones discográficas que es el mejor medio para que la gente no te olvide.
'Nabucco' - Venezia (cortesía del autor) |
P. ¿Las nuevas generaciones han olvidado a los grandes de la lírica de otras èpocas?
P. ¿Encontró fácilmente apoyo para su publicación?
R. Tuve la inmensa suerte de conocer casualmente a Carlos Cervelló, director de Témenos Ediciones y nos hicimos grandes amigos. Un día me propuso hacer una publicación con su editora. Entonces aproveché su oferta para realizar un documento sobre el gran barítono Raimundo Torres, con cuya hija, Begoña, tengo una gran amistad. Fue el primer documento que realicé. Se presentó en la Sala de los Espejos del Liceo, en abril de 2013. Fue una fiesta magnífica a la que concurrieron muchos amigos y se vendieron más de 150 ejemplares. Carlos Cervelló quedó tan sorprendido del éxito que me ofreció editarme lo que le propusiera. Le tomé la palabra y así empecé el documento sobre Ángeles Gulín.
P. ¿Qué hace un arquitecto escribiendo un libro sobre una cantante de ópera?
R. Pues verá, cuando la crisis estalló, todo lo relacionado con el mundo de la construcción se tambaleó, dejando muchos profesionales en la cuneta. En el despacho donde yo trabajaba, los encargos cayeron en picado y entonces decidí jubilarme, pues ya tenía la edad y luchar contra las circunstancias críticas de la economía era una tarea imposible. Entonces abandoné todo lo que se refiere a arquitectura y urbanismo y me quedé exclusivamente con la música, que ha sido mi pasión a lo largo de toda mi vida, especialmente la lírica.
P. ¿Cómo se documentó para escribirlo?
R. Aparte de que Ángeles Gulín y su familia me honraron con su amistad, con lo cual, tuve acceso a muchos documentos conservados por la familia, tengo que decir que todos los teatros a los cuales me dirigí en Italia, Francia y Alemania, me contestaron con toda la exactitud a todas mis preguntas y me alentaron en la tarea de la realización de este documento pues en estos países fue una cantante muy querida.
P. ¿No lo fue en España?
R. Sí, también aquí fue muy querida y admirada. Lo que ocurre es que en la época en la cual se desarrolló la carrera de Ángeles Gulín, había pocos centros musicales dedicados a la ópera en España y no como ahora que hay infinidad de auditorios y teatros a lo largo de la Península. Esto hizo que los datos de aquí, los confirmase mediante lo que conocía de primera mano o a través de la familia Blancas-Gulín, que me aclaró todas las dudas que podía tener. También tengo que consignar que muchos amigos personales, aficionados a la ópera, me echaron una mano y por fin, pude disponer de todas las críticas de los espectáculos cantados por la Gulín a lo largo de su carrera.
P. En el libro recoge testimonios sobre la soprano de grandes figuras como Carreras, Pedro Lavirgen, Emilio Sagi o Jesús López Cobos, entre otros muchos. ¿Les invitó usted a sumarse al homenaje?
R. Intenté no dejarme a nadie. Tengo que decir que también escribí al maestro Rafael Frühbeck de Burgos y estoy seguro de que me habría respondido pues hablé en alguna ocasión con la empresa que llevaba sus cosas, pero la muerte le sobrevino antes de poder enviar una colaboración, que estoy seguro habría hecho pues era buen amigo de Ángeles Gulín y habían colaborado en muchas ocasiones. Sé que el Maestro Frühbeck de Burgos, consideraba que la Gulín era su Salud ('La vida breve') preferida, y pudieron trabajar muchas veces juntos con la ópera de Manuel de Falla.
P. ¿Nadie rehusó su invitación?
R. Todos aquellos a los cuales pedí colaboración se sumaron encantados y nadie rehusó intervenir. Lo que debo añadir es que no podía alargar hasta el infinito las colaboraciones. Y preferí ceñirme a aquellas personas que podían redondear la información sobre la cantante.
P. ¿Quién fue Ángeles Gulín?
R. Fue una cantante bastante singular. Su voz es la más poderosa de todas las que he escuchado en mi vida. Era una magnífica soprano dramática, con un repertorio muy exigente, que cantó de forma muy intensa a lo largo de su corta carrera, limitada por una salud muy mala que le jugó muy malas pasadas a lo largo de su vida. Su voz era muy hermosa, muy bien timbrada, y llenaba los auditorios donde cantaba de forma total y absoluta. Fue una cantante que sobre el escenario se entregaba totalmente y te hacía creer sus personajes.
'Aida' - Liceu (cortesía del autor) |
R. Esto nunca se puede definir de una forma muy concreta. Por un lado, está lo que antes le comentaba sobre el tema de las cantantes con discografías casi inexistentes. Si no se le oye en disco, tiene poco alcance. Pero le diré que la Gulín cantó regularmente en Barcelona, Madrid, Bilbao, Oviedo, Vigo y A Coruña; con alguna incursión en el Festival de Granada, o en ciclos cortos de festivales líricos como Valencia, Las Palmas, Zaragoza, entre otros lugares o bien en conciertos con la Orquesta Nacional de España. Creo que es una cantante bien conocida durante el período de los años 70 y que se prodigaba a menudo en España.
P. ¿Qué características hacían diferente la voz de esta cantante gallega?
R. España es un país que da muy buenas voces. Pero son voces normalmente líricas. Si repasamos la lista de los grandes cantantes de nuestra generación, hasta Teresa Berganza que es una voz de mezzo-soprano, era una voz lírica, no profunda. La Gulín era cantante de registro central y grave bastante poderoso, además de buenos agudos, junto a una voz espectacular, queda como una voz bastante insólita en el panorama de los cantantes españoles.
P. Se pondera mucho su extraordinaria potencia pero también se habla de algunas limitaciones a la hora de hacer pianos e incluso de algún problema de afinación. ¿Hay algo de cierto en esas críticas?
R. Las grandes voces cuando llegan a la zona aguda, a veces sufren un poco. La Tebaldi que era una voz grande, llegaba difícilmente al do agudo. Caterina Mancini, otra voz muy grande, alguna vez sufría en los agudos extremos. Quizás la Gulín, en algún caso podía sufrir un poco en la afinación, aunque no era la norma, pues era una cantante valiente y que no temía a nada ni a nadie. Yo la escuché muchas veces en distintos títulos líricos y en algún caso, sufrió algún percance en el agudo, pero insisto, no era frecuente en ella. En cuanto al tema de los pianissimos, no creo que tuviese problemas con ellos. Lógicamente, los pianíssimos de la Gulín eran distintos de los de la Caballé, porque el repertorio de una y otra cantante eran distintos. Pero recuerdo perfectamente el pianíssimo famoso de LA GIOCONDA: el “Enzo adorato, oh come t’amo” y la Gulín lo hizo siempre de una manera justa, afinadísima y bellísima.
'Turandot' (cortesía del autor) |
R. Ese comentario lo hizo el tenor Pedro Lavirgen, gran amigo de los Blancas-Gulín y se refería al poder vocal de la Gulín, que normalmente podía sobrepasar las voces de sus compañeros de escena. Pero el mismo Pedro Lavirgen cantó con ella en innumerables ocasiones. Sí es cierto que a veces, cuando ella abría su voz, el tenor que la acompañaba, si no la conocía, se quedaba asombrado. Esto pasó con Luciano Pavarotti cuando cantó 'Un ballo in maschera' con ella en el Festival de Ópera de Madrid en 1974 y también parece que Franco Bonisolli se quedó perplejo al escuchar su voz.
P. ¿Por qué se conservan tan pocas grabaciones de la cantante?
R. Esa es una cuestión que debería responder el mundo de las discográficas. Ella grabó solamente unas pocas zarzuelas y una única ópera: 'Oberto, conte di San Bonifaccio' de Verdi, junto a Simon Estes y Viorica Cortez. Debió haber grabado el 'Nabucco' de Sinopoli, pues ella era la Abigail de las funciones con los conjuntos estables de la Opera de Berlín, pero una de las malas pasadas de su salud, le impidió dejar grabada su impresionante Abigail, siendo sustituida por la también magnifica Ghena Dimitrova. Pero los intereses de las discográficas los desconozco.
P. Usted relata en su libro que trabó amistad con Gulín después de escribirle una carta que ella leyó en su presencia. ¿Qué le decía en ella?
R. La Gulín debutó en el Liceo de Barcelona, la noche del 10 de noviembre de 1970, cantando 'Aida' junto a Pedro Lavirgen y Ruza Baldani. A mí me impresionó mucho la Gulín aquella noche, aunque hubo cosas discutibles en su versión. Al día siguiente, le escribí una carta, larga, en la cual, aparte de ponderar todas sus cualidades, le contaba también mis puntos críticos. Esa carta, que en principio pensé en franquear, terminé acercándosela al Hotel Manila (donde iban la mayoría de los cantantes que cantaban en el Liceo), y una amiga me llevó hasta ella y su esposo Antonio Blancas en el salón del hotel. Ella pidió leer la carta y la leyó completa. Al terminar me hizo un comentario afectuoso y me invitó a ir a comer con ella y su esposo. Acepté encantado y de ahí nació una fortísima amistad que ha durado siempre.
P. ¿Cómo era esa Gulín de fuera de los escenarios que usted conoció tan bien?
R. La Gulín era una mujer de grandísima fuerza de voluntad, pero también una mujer muy sensible. Adoraba a la familia y a los amigos. Y si hubiese tenido que elegir entre la familia y la escena, ella se habría decantado por la familia. Pero sobre el escenario se transfiguraba y cuando ella estaba dentro del personaje, se transformaba en otro ser. Ella sobre el escenario era completamente feliz, cantar era su pasión, pero siempre anteponía sus sentimientos de persona humana por delante de los de la cantante profesional. Ella fue feliz con su marido, con su hija, con sus hermanas y sus familias, con muchos amigos, pues tenía un carácter muy agradable y siempre estaba de buen humor.
P. Volviendo al libro, sorprende la exhaustiva recopilación de repertorio, discografía y actuaciones de la soprano. ¿Cuánto tiempo le ha llevado realizar un trabajo tan detallado?
R. La cronología, que para mí es la base y el alma de este documento, se ha construido poco a poco a base de todas las informaciones recibidas. Hubo muchos teatros que respondieron a las consultas realizadas; también hubo muchos teatros en los cuales existía un maravilloso archivo al cual se podía perfectamente acceder 'on line'; muchos amigos que me han facilitado revistas con comentarios sobre ella; las críticas que me suministró el amigo Francisco Alonso, muy cercano a la familia Blancas-Gulín y otras muchas más fuentes. Podría decir que esta tarea me ha ocupado muchas horas a lo largo de dos años de trabajo.
P. En esa recopilación de repertorio destacan obras prácticamente desconocidas para el gran público como ‘Fernando Cortez’ de Spontini, ‘Maria Egiziaca’ de Respighi, ‘El poeta’ de Moreno Torroba, o ‘Francesca de Rimini’ de Rachmaninov. ¿Tenía Ángeles Gulín un especial interés por rescatar repertorio olvidado?
R. Yo creo que Ángeles Gulín se encontró con esas obras por casualidad. Más que ella buscase ese repertorio, pienso que los teatros, al ver las capacidades de la Gulín, proponían esos títulos. También se podrían añadir muchos otros fuera del repertorio normal de la época, como 'Il corsaro', 'Alzira', Aroldo' o 'Stiffelio', entre otras.
P. El volumen tiene una excelente selección fotográfica. ¿Pertenecen a su colección personal?
R. La selección fotográfica procede en parte, de la colección personal de la familia Blancas-Gulín, aunque añadí una serie de fotografías mías. Por ejemplo, todas las que aparecen realizadas en Platja d’Aro están tomadas por mí. Quiero resaltar la magnífica fotografía que hay en la portada de este documento. Admiro muchísimo esta fotografía, pues el fotógrafo supo captar la personalidad de la artista. Creo que aquellos que conocieron a la Gulín durante su tiempo de cantante, al ver esa foto, reconocerán en ella, toda su personalidad artística. Es una fotografía realizada por el fotógrafo del Teatro Massimo Bellini de Catania, y pertenece a las representaciones de 'El buque fantasma' que la Gulín cantó al lado de Giuseppe Taddei.
P. ¿Qué criterios siguió para la selección musical del CD que acompaña al libro?
R. La selección la hice pensando en ofrecer un mosaico lo más variado posible del mundo de la Gulín. Dos de las secuencias elegidas por mí, fueron substituidas a petición de Antonio Blancas, pues él quería subrayar algún otro título. El criterio de ordenación es el mismo elegido para todos los otros capítulos de este documento: un orden cronológico. Del corte de mayor antigüedad hacia adelante. Empecé por la maravillosa interpretación que ella hizo del aria de salida de Lucrezia Contarini en 'I due foscari' en Amsterdam (1968) y he terminado por la Lady Macbeth del Liceo (1979).
Antonio Blancas y Ángeles Gulín (cortesía del autor) |
R. Esto es un mérito exclusivo de Carlos Cervelló, responsable de Témenos Ediciones. Yo creo que Carlos nunca ha pretendido enriquecerse con los títulos de su editora, pues su profesión es otra y lo que él pretende es crear distintas columnas. Y por tanto, lo que él quiere es no perder dinero, pero tampoco abusar. Y cuando sale uno de sus productos, calcula muy bien el precio que debe tener. Él es consciente de que un trabajo sobre un cantante de ópera tiene una salida limitada, pues está destinado a un público minoritario. Pero me gusta mucho su pregunta, pues creo que efectivamente, es un muy buen precio para lo que está ofreciendo.
P. Usted ha publicado el libro ‘Raimundo Torres’ sobre el barítono barcelonés y ahora éste. ¿Se plantea seguir escribiendo biografías de cantantes españoles?
R. Cuando hice el documento sobre Raimundo Torres, jamás pensé en reincidir. Pero este trabajo llegó a Antonio Blancas, también barítono, interesado en la personalidad de Raimundo Torres y luego lo vio su hija, Ángeles Blancas. Ella me pidió que hiciera un trabajo parecido sobre su madre, precisamente apelando a la gran amistad que me unía con ella. Y empezó a insistir, a ofrecerme su colaboración así como la de su padre y medio en broma, medio en serio, empecé a hacer consultas a una serie de teatros que respondieron inmediatamente y esto me ayudó a ir progresando. En cuanto a la posibilidad de hacer algún otro documento, no me lo he planteado. Pero si encuentro algún artista de los que me han interesado sobre el escenario y han ido quedando en el olvido, no lo dudaría ni un momento, pues pienso que lo que estoy haciendo es puramente un acto de justicia hacia grandes artistas que se van difuminando en el pasado.
P. En el libro relata veladas con muchos grandes cantantes de la época. ¿Escribirá algún día un libro de anécdotas sobre ellos?
R. Empecé a ir a la ópera a los 14 años y ahora tengo 74. Por tanto, han sido 60 años adorando la ópera y la voz humana, a través de grandes artistas. A lo largo de esos 60 años, he tenido la oportunidad de conocer a muchísimos cantantes. Con algunos de los cuales construí una larga amistad y lógicamente, en ese lapso de tiempo, he vivido cientos de anécdotas de todo tipo. Algunas, realmente divertidas, otras tiernas, otras sorprendentes, que sin duda darían la posibilidad de confeccionar un nuevo documento. Pero eso nunca lo haré, pues pienso que muchas veces, desconocemos lo que hay realmente detrás de una cosa chocante y trivializarlo sería un crimen. Además, adoro a los grandes cantantes y mi respeto hacia ellos es total y mi lealtad, absoluta.
Santiago Vela | autor: "La voz de Ángeles Gulín es la más poderosa de todas las que he escuchado en mi vida"
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30.11.17
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