'El pequeño deshollinador' de Britten cierra el año en la Maestranza

Foto: 'El pequeño deshollinador' (web La Maestranza)

El Teatro de la Maestranza de Sevilla repone su producción de 2001 de 'El pequeño deshollinador' de Benjamin Britten con funciones este domingo 27 de diciembre, el lunes 28 y el martes 29, a las 18.00 horas. Las representaciones, dirigidas al público infantil se enmarcan dentro del ciclo 'Ópera para familias'. El precio de las entradas oscila entre los 8 y los 14 euros. La obra cuenta con la dirección musical de Manuel Busto y con la de escena del granadino Juan Dolores Caballero, director de Teatro del Velador que desplaza la acción, originalmente situada en una vivienda victoriana, a un internado.

El reparto está integrado por el barítono David Lagares (Black Bob), el tenor Manuel de Diego (Clem / Alfred), la contralto Paz Martínez (Miss Baggot), las sopranos Leonor Bonilla (Rowan) y Susana Casas (Juliet Brook) y la Escolanía de Los Palacios. Estarán acompañados por los pianistas Jorge Lechado López y Natalia Kuchaeva y por músicos de la Orquesta Joven de Andalucía. La obra dibuja a los personajes como arquetipos del bien y del mal y su argumento se centra en los temas de la explotación infantil y la solidaridad.

'El pequeño deshollinador' narra la historia de Sam, que trabaja en la Inglaterra victoriana esclavizado por dos malhechores que le obligan a limpiar chimeneas y al que otros niños ayudan a escapar de su situación. Con libreto en inglés de Eric Crozier, cierra el proyecto '¡Hagamos una ópera!', concebido por Britten para divulgar el género lírico entre el público infantil. El compositor señaló que, mientras las partes destinadas a los personajes adultos requerían de profesionales o aficionados con talento, “era esencial que niños auténticos interpreten las partes destinadas a ellos”. Incluyó además la participación de la audiencia en varias canciones.

La historia de 'El pequeño deshollinador' está inspirada en dos poemas de William Blake:

"Cuando mi madre murió yo era muy joven,
y cuando mi padre me vendió mi boca
apenas podía gemir, gemir, gemir, gemir,
así que limpio chimeneas y duermo en el hollín.

Un día el pequeño Tom Dacre lloró cuando raparon
su cabeza rizada como el lomo de un cordero,
y le dije "¡Calla, Tom! No importa, porque con
la cabeza desnuda el hollín no arruinará tu pelo claro."

De modo que se calmó, y aquella misma noche,
¡durante el sueño tuvo una visión!
donde miles de deshollinadores, Dick, Joe, Ned y Jack,
estaban todos prisioneros en ataúdes negros.

Y llegó un ángel que tenía una llave brillante,
abrió los ataúdes y los puso en libertad;
entonces por un verde prado corren brincando y riendo,
y se lavan en un río, y brillan bajo el sol.

Luego desnudos y blancos, abandonadas sus bolsas,
se encaraman a las nubes y juguetean con el viento,
y el ángel le dice a Tom que si se comporta bien,
tendrá a Dios como padre y no carecerá de alegrías.

Tom despertó entonces, y nos levantamos en la oscuridad,
y con nuestras bolsas y cepillos salimos a trabajar.
Si bien la mañana era fría, Tom se sentía feliz y abrigado;
pues quienes cumplen sus deberes nada tienen que temer".

"Una cosita negra entre la nieve,
gimiente ¡llora! ¡llora! con notas de pesar.

Dime: ¿dónde están tu padre y tu madre?
Ambos fueron a la iglesia para rezar.

Porque yo era feliz en los montes
y le sonreía a la nieve invernal,
me cubrieron con ropajes de muerte
y me enseñaron a cantar notas de dolor.

Y porque soy feliz, y bailo y canto,
creen que no me han causado daño,
y fueron a alabar a Dios, a su cura y al rey,
que con nuestra miseria construyen un cielo".