Andrés Jiménez-Ramírez y Patricia Peñalver ponen en escena la historia de amor de Victoria Kamhi y Joaquín Rodrigo

La actriz madrileña Patricia Peñalver y el bajo-barítono Andrés Jiménez-Ramírez interpretan a la pianista Victoria Kamhi y al compositor Joaquín Rodrigo en la obra 'Victoria' que se estrena este viernes 2 de noviembre a las 20.00 horas en Nave 73, en el número 5 de la madrileña calle de Palos de la Frontera. La obra, que se representará también los días 9, 23 y 30 de noviembre, cuenta con la participación del guitarrista argentino Walter Silva. ‘Victoria’, que narra a través de los ojos de Victoria Khami la historia de amor con su marido Joaquín Rodrigo, se enmarca dentro del ciclo 'Lírica Al Margen’que pretende acercar géneros como la ópera y la zarzuela al distrito madrileño de Arganzuela.

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Sobre una idea original de Andrés Jiménez-Ramírez, la obra tiene texto de Patricia Peñalver que se ha encargado también de la dirección escénica. La música y los arreglos son de Joaquín Rodrigo, Marco Socías y Walter Silva y la letra de Victoria Kamhi, Lope de Vega y Antonio Machado.

En la página del teatro se dice sobre la obra: "Victoria Khami es una joven pianista turca de familia acomodada, que al escuchar una creación de Joaquín Rodrigo decide conocerle organizando una fiesta. Las diferencias sociales, la distancia o la deficiencia visual del compositor no ponen freno a su relación y la pareja encuentra su propio idioma a través de la música. 'Victoria', la historia de amor más bella jamás contada a través de sus cartas".

Andrés Jiménez-Ramírez escribe en su página:

"Aún era un niño cuando escuché el relato de cómo el marqués de los Jardines de Aranjuez, Joaquín Rodrigo, recorrío los jardines de la villa de la mano de Victoria Kamhi, su esposa. Habían pasado allí su luna de miel y la descripción de aquel Real Sitio hizo que en 1939, en medio de la agitación del final de la Guerra Civil Española y los inicios de la Segunda Guerra Mundial, viniera la inspiración a las manos del maestro Rodrigo para convertirse en el Concierto de Aranjuez, cuando aún vivían en el 159 de la Rue Saint Jacques de París.

Fue justamente esa imagen: la mirada de Victoria y las manos de Joaquín, lo que me llenó de asombro y fascinación. Complementos el uno del otro, Victoria supo reconocer (aprovecho este palíndromo como el espejo que eran entre ellos) el talento del maestro. Abandonó su objetivo como pianista, pero dedicó su empeño a cada momento de la carrera del compositor. A muchas de sus canciones fue ella quien puso letra, así como el argumento del ballet Pavana Real y la adaptación de los textos de Lope de Vega para la zarzuela 'El hijo fingido'. En palabras de Cecilia, su hija: “Se ocupó de la casa, fue su secretaria, mánager y lazarillo”.

Ha sido la misma Cecilia Rodrigo, hija de Victoria y Joaquín, quien me recordó que en 2019 se habrán cumplido 20 años desde que el maestro de Sagunto nos dejase para marchar a una inmortalidad que su música ya había conseguido. Durante aquella inolvidable visita a la Fundación que lleva sus nombres tuve la oportunidad de conocer esos rincones que guarda la casa que habitaron en Madrid; escuchando de la voz de Cecilia algunas anécdotas y reconociendo objetos que años atrás jamás imaginé que pudiera tener tan cerca: el piano, la máquina braille, el baúl con el que llegaron a Madrid y que traía el manuscrito del Concierto de Aranjuez, los muchos reconocimientos que ha recibido el maestro, pero sobre todo esa mirada especial que me hace ver en Cecilia a la misma niña cuyos vestidos llevaban cascabeles atados para que su padre la oyese.

La vida de Victoria y Joaquín Rodrigo a través de sus canciones fue la edición especial por el XX aniversario que preparó la editorial y la fundación, y que ha servido como punto de partida para la creación de este homenaje a través de su música, sus cartas, su historia, su vida".