El Teatro Real sube por primera vez a su escenario 'Capriccio' de Richard Strauss


El Teatro Real de Madrid sube por primera vez a su escenario la' última ópera de Richard Strauss, ‘Capriccio’ este lunes 27 de mayo a las 20.00 horas. El montaje, una coproducción con la Opernhaus de Zürich y la Göteborg Opera, podrá verse también los días 29 y 31 de mayo, y 2, 4 y 6 de junio. La obra está protagonizada por la soprano sueca Malin Byström (Condesa Madeleine), el barítono austriaco Josef Wagner (Conde), el tenor estadounidense Norman Reinhardt (Flamand), el barítono italiano André Schuen (Olivier) y el bajo alemán Christof Fischesser (La Roche).

Completan el reparto la mezzosoprano alemana Theresa Kronthaler (Clairon), el tenor inglés John Graham-Hall (Monsieur Taupe), la soprano sevillana Leonor Bonilla y el tenor estadounidense Juan José De León (Dos Cantantes Italianos), el bajo alemán Torben Jürgens (El Mayordomo), el tenor malagueño Gerardo Lopez, el barítono mallorquín Tomeu Bibiloni, el tenor cordobés Pablo García López, el barítono madrileño David Oller, el barítono valenciano Sebastià Peris, el tenor italo-argentino Emmanuel Faraldo, el tenor grancanario Manuel Gómez Ruiz y el tenor David Sánchez (Criados).Participan también las bailarinas Elizabeth McGorian (Condesa) y Julia Ibañez y Clara Navarro que se alternan en el papel de condesa niña.

La puesta en escena es de Christof Loy y la dirección musical del experto straussiano Asher Fisch, la escenografía de Raimund Orfeo Voigt, la iluminación de Franck Evin, el vestuario de Klaus Bruns y la coreografía de Andreas Heise.

'Capriccio' se estrenó en el teatro Nacional de Múnich el 28 de octubre de 1942, siete años antes del fallecimiento de Strauss. El libreto en alemán, fue escrito por el propio compositor y el director Clemens Krauss, y tiene el subtítulo de 'Una pieza de conversación para música'. Originalmente comenzó a escribirlo Stefan Zweig en los años treinta y varios años después Joseph Gregor desarrolló aún más la idea. Aunque serían Strauss y especialmente Krauss quienes lo finalizarían. El argumento gira sobre el dilema de una mujer que se debate entre su amor por un compositor y un poeta, lo que sirve como excusa para reflexionar sobre el género operístico en sí mismo. La celebración del cumpleaños de la mujer dará lugar a que ambos artistas realicen sus creaciones y que se inicie un debate filosófico sobre la cuestión de si en el teatro musical debe predominar la música sobre la palabra o viceversa


El director artístico del Real, Joan Matabosch, escribe sobre la ópera:

"Stefan Zweig y Richard Strauss concibieron “Capriccio”, a la manera de los diálogos platónicos, como una reflexión sobre la ópera. ¿Debe predominar el texto o la música? ¿Cómo logra la música subrayar el subtexto de la poesía y sus profundidades emocionales? ¿Qué aporta la dramaturgia, la interpretación, la maquinaria y la danza?

En un libreto que burbujea de ironía, el conflicto amoroso de “Capriccio” no hace más que redoblar una controversia estética sobre la propia ópera. Se discute de filosofía; se cita a Pascal; se recita Ronsard; se bebe chocolate en el salón; se defiende el placer puramente sensitivo de “lo italiano”; se debate sobre los empresarios, los gustos y las expectativas del público teatral; y cuando los criados se quedan solos, comentan lo que han escuchado, se indignan de que sus amos tengan gustos artísticos tan avanzados, y apuestan escandalizados a que llegará el día en que habrá quien se atreva a hacer salir a los criados en las óperas. Mientras, el público queda fascinado de ser incluído en un efervescente debate sobre estética que logra convertirse, al mismo tiempo, en una intriga romántica.

Se le ha reprochado al Richard Strauss de “Capriccio” su decisión de aislarse en una exquisita torre de marfil en plena debacle de la civilización, en una Alemania gobernada por criminales, que había iniciado una guerra y estaba siendo bombardeada a diario. “¿Tiene el más mínimo sentido escribir algo así durante una guerra?” le preguntaba Strauss a Zweig. Pero “Capriccio” fue también, tras años de esquivar un enfrentamiento con el régimen, el particular acto de resistencia del anciano compositor. Goebbels, ministro nazi de la propaganda, acababa de lanzar un llamamiento a los artistas para que también ellos fueran combatientes. El Führer, decía, quería un arte marcial, viril, grandioso, solemne, que levantara al pueblo. La respuesta de Richard Strauss iba a ser una auténtica insolencia: una refinada controversia intelectual sobre la ópera que, encima, es un homenaje a la Francia que acababa de ser ocupada.

Y esa reflexión sobre la estructura de sentido de la ópera como forma de arte es una congruente clausura de las temporadas del bicentenario del Teatro Real: “Capriccio”, una “meta-ópera” sobre el arte al que está consagrado nuestro Teatro Real, quien además, finalmente, estrena en su escenario una de las obras maestras más singulares de la historia del género".



El Teatro Real sube por primera vez a su escenario 'Capriccio' de Richard Strauss El Teatro Real sube por primera vez a su escenario 'Capriccio' de Richard Strauss Reviewed by Diario Lírico on 27.5.19 Rating: 5

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