Un grupo de obreros encuentra munición del ejército nazi en la Ópera de París

Palais Garnier (página Facebook)

Un grupo de obreros ha descubierto el pasado lunes 6 de agosto, mientras realizaban obras de renovación del edificio de la Ópera Garnier de París, municiones datadas en la Segunda Guerra Mundial, según han informado fuentes oficiales. El descubrimiento fue realizado al levantar unas baldosas ubicadas en una zona utilizada por los servicios administrativos del palacio de la ópera parisina con salida a la calle Scribe en el IX Distrito. La munición es de la marca Mauser Waffenfabrik, proveedora del ejército alemán durante el conflicto bélico.

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Los objetos hallados, una treintena de cartuchos Mauser P181 y dos cargadores, han sido entregados a la policía del noveno distrito que ha abierto una investigación con el fin de poder atestiguar su procedencia. Posteriormente serán enviados al laboratorio central de la prefectura, cuya misión consiste, entre otras cosas, en asegurar la limpieza de minas y la recogida de armas antiguas. El ejército alemán ocupó París entre los años 1940 y 1944. La Opera Garnier, que permanecía cerrada desde el estallido del conflicto, reabrió sus puertas en 1940 por orden de los generales nazis y hasta 1944 fue sede de la comandancia alemana, años en los que el ejército de Adolf Hitler ocupó la capital francesa.

Mauser Waffenfabrik, corrientemente llamado Mauser, es una empresa alemana especializada en la fabricación de armas. Fundada por los hermanos Wilhelm y Paul Mauser en 1872 en Oberndorf am Neckar, Alemania. Sus modelos fueron exportados a todo el mundo y tomados como base para la producción de multitud de fusiles de repetición manual con sistema de cerrojo (por ejemplo los fusiles modelo 70 de la marca estadounidense Winchester se basaban en el sistema del M98 de Mauser).

Principal proveedor de los ejércitos de Prusia, del Segundo Imperio Alemán y más tarde del III Tercer Reich, después de la Segunda Guerra Mundial, su fábrica de Oberndorf fue desmantelada por las fuerzas ocupantes. Algunos ingenieros continuaron con la producción y fundaron la Heckler & Koch. El resto, en su mayor parte, se fue a trabajar a España, en colaboración con la recién creada CETME. La fábrica Mauser prosigue en la actualidad con la producción, fabricando armas para caza y safari.