Arteta, Ilincai, Dudnikova y Cansino estrenan 'Adriana Lecouvreur' en Sevilla

'Adriana Lecouvreur' (Teatro de la Maestranza)

El Teatro de la Maestranza acoge este lunes 21 de mayo la ópera 'Adriana Lecouvreur' que se representa por primera vez en Sevilla. La obra de Cilea, que podrá verse también los días 24, 27 y 30 de mayo y 2 de junio en una producción de Lorenzo Mariani para el Teatro San Carlos de Nápoles, está protagonizada por la soprano tolosarra Ainhoa Arteta en el papel que da título a la ópera; el tenor rumano Teodor Ilincai, que interpreta a Maurizio; la mezzosoprano uzbeka Ksenia Dudnikova, como la princesa de Bouillon; y el barítono madrileño de origen gallego Luis Cansino encarnando a Michonnet.

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El reparto se completa con la soprano valenciana Nuria García-Arrés (Jouvenot), la mezzosoprano andoaindarra Marifé Nogales (Dangeville), el bajo onubense David Lagares (Príncipe de Bouillon), el tenor mataronense Josep Fadó (Abate), el bajo madrileño Pablo López (Quinault) y el tenor Manuel de Diego (Poisson). Estarán acompañados por el Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza y la ROSS bajo la batuta de Pedro Halffter. La escenografía es de Nicola Rubertelli y el vestuario Giusi Giustino.

'Adriana Lecouvreur' es una ópera en cuatro actos con libreto en italiano de Arturo Colautti, basado en la obra teatral homónima de Eugène Scribe y Ernest Legouvé. Se estrenó en el Teatro Lírico de Milán, el 6 de noviembre de 1902 con la participación de Enrico Caruso. La ópera se basa en la vida de la actriz francesa Adrienne Lecouvreur (1692–1730). Aunque la obra presenta a algunas figuras históricas, el episodio que relata es en gran medida ficción, incluida la muerte de la protagonista por violetas envenenadas.

La misma obra teatral que sirvió como base a su libreto se usó para otras tres óperas que tienen el mismo nombre, creadas por compositores diferentes: Tommaso Benvenuti, cuya obra se estrenó en Milán en 1857; Edoardo Vera (según un libreto de Achille de Lauzières) que estrenó su 'Adriana' en Lisboa en 1858 y  Ettore Perosio (según un libreto anónimo) que la estrenó en Ginebra en 1889. Ninguna de ellas volvió a representarse tras el estreno de la ópera de Cilea.