Joaquín Asiáin | tenor: "La excesiva tiranía de los directores de escena impone criterios estéticos sobre los vocales"
Foto: Asiaín en la Sala Gayarre del Teatro Real ante una foto de Gayarre (cortesía del tenor)
De burladés a roncalés y desde el corazón, dedica el tenor navarro Joaquín Asiáin su nuevo trabajo discográfico al cantante Julián Gayarre (Roncal, 1844-Madrid, 1890). El CD es un homenaje al tenor con motivo del 125 aniversario de su fallecimiento. Grabado en Alemania, donde reside Asiáin, el disco recoge arias que hicieron famoso a Gayarre pero también romanzas de zarzuela y canciones que “seguro de que a él le hubiera encantado abordar”, afirma el artista de Burlada. Asiáin se enamoró del canto de Gayarre a través de su admiración por Alfredo Kraus que lo encarna en la película que lleva su nombre.Nacido en la localidad navarra de Burlada, Joaquín Asiáin, licenciado en sociología, comenzó sus estudios vocales en la Escuela Superior de Canto de Madrid. Una proposición de Aldo Baldin, al que conoció en unas clases magistrales, le animó a marcharse a Alemania donde continuó su formación en la Musikhochschule de Stuttgart. Tenor ligero de extraordinaria facilidad en el registro sobreagudo ha centrado su carrera en el concierto y en el oratorio, con esporádicas incursiones en la ópera. Un repertorio que considera perfecto porque le permite pasar gran parte de la semana con sus dos hijos mellizos de 11 años, estudiantes de música: “quiero ayudarles lo más posible en los años más importantes de su crecimiento y formación”.
El tenor critica, pese a sentirse satisfecho con su trayectoria, la excesiva tiranía de los directores de escena que sacrifican la perfección en el canto a criterios meramente estéticos y que le encasillaron en los inicios de su carrera como tenor cómico a causa de su estatura. Entre sus próximos proyectos se encuentra, además de varias conciertos cantando misas y oratorios de distintos autores, la grabación de un disco de arias y canciones belcantistas.
Pregunta. ¿Por qué un disco dedicado a Gayarre?
Respuesta. He querido homenajearle en el 125 aniversario de su muerte, soy tenor navarro como él y siempre he sentido un vínculo especial hacia su persona.
P. ¿De dónde surge su admiración por el tenor roncalés?
R. Pues aunque resulte paradójico, de mi admiración por Alfredo Kraus que lo encarnó en la película Gayarre. Una cinta que yo vi tantas veces que me la sabía casi de memoria y que hizo que cuando se inauguró el museo del cantante en su villa natal me convirtiese en el primer visitante en pisarla.
P. ¿El primero?
R. Sí, lo cuento en texto-presentación del CD. El 2 de enero de 1990, cuando se abrió la Casa Museo de Julián Gayarre en Roncal, su pueblo natal, mi tía Pilar me prestó su súper Seat 600 y, con un amigo, me puse en camino desde Burlada. Previendo una larga cola salimos con mucha antelación y como resultó que no había la aglomeración que esperábamos, fuimos los primeros en entrar. Por si alguien no lo cree, tengo fotos que lo demuestran que se publicaron en un artículo-reportaje del Diario de Noticias de Navarra.
P. ¿Qué contiene el CD?
R. Una primera parte de arias de ópera del repertorio de Gayarre: Don Pasquale, Barbero de Sevilla y Rigoletto, entre otras; y una segunda de romanzas de zarzuela y canciones compuestas con posterioridad a su muerte que estoy seguro de que a él le hubiera encantado abordar, como El guitarrico o El trust de los tenorios.
Foto: CD Homenaje a Julián Gayarre - Joaquín Asiaín |
P. ¿En que basa esa selección?
R. Gayarre era un enamorado del zortzico y de la jota (se crio con ellos) y después de alguna función de ópera, en ‘petit comité’, se arrancaba espontáneamente a interpretar alguna de esas piezas. Está documentado que cantaba el zortzico de Iparaguirre que incluyo. Las obras que he elegido no son un capricho. Al seleccionarlas he intentado ser lo más fidedigno y respetuoso con su figura.
P. ¿Cómo fue el proceso de grabación?
R. Ha sido grabado en su gran mayoría en Alemania, donde resido. Hay piezas con acompañamiento de piano, otras con un quinteto y otras con orquesta.
R. Sí, a pesar de que ha coincidido con una época difícil por el relevo en los Ayuntamientos tras las elecciones, he obtenido ayuda de varias: la Fundación Museo Julián Gayarre, los Ayuntamientos del Roncal y de Burlada, la Ópera de Cámara de Navarra y la Asociación Hispanoalemana de Karlsruhe. Cada una ha colaborado en la medida de sus posibilidades. Quiero expresar mi más sincera gratitud a todas ellas por su empatía y flexibilidad.
P. ¿Han participado todos los que esperaba?
R. He echado en falta a algún organismo que debía estar por respeto y responsabilidad institucional hacia la enorme figura de Gayarre. Cuando comencé con el proyecto me advirtieron de que nadie se iba a interesar en Navarra por la figura del roncalés. En parte lo puedo atestiguar y corroborar.
P. ¿A qué lo achaca?
R. Me he dado cuenta de que pretender que algunas instituciones se impliquen en un proyecto de este tipo es como jugar a la lotería. Tienes que tener la suerte de que la persona que decide, conozca o sea sensible a la música, al canto, tenga una relación determinada con la música, en este caso vocal. Si es alguien que viene de otro ámbito cultural, como las artes plásticas, el cine o la danza, por ejemplo, alguien que no conoce el mundo del canto lírico, no va a ser capaz de valorarlo o directamente no le interesará y se escudará en plazos burocráticos o convocatorias, sin ofrecer alternativas. En este caso el color político da igual.
P. ¿Dónde puede adquirirse el CD?
R. En principio sólo se va a distribuir a las instituciones que lo han hecho posible. Mi intención al grabarlo era homenajear a Gayarre no hacer un proyecto comercial. Quería dar a conocer y potenciar su figura olvidada y poco reconocida, en este caso a través de instituciones que puedan realzar su legado y perfil. El concejal de cultura del Ayuntamiento de Roncal me decía: ¡Ay, si Gayarre hubiera nacido en Berlín o Viena! Mi sorpresa es que ha habido muchas personas interesadas en adquirirlo.
P. ¿Cómo acaba un estudiante de sociología dedicándose al canto?
R. El germen lo tengo en mi familia, en mi madre sobre todo, que no paraba de cantar en casa, de ahí probablemente me venga el oído y la musicalidad. Yo había cantado en coros en Pamplona, tocaba la guitarra y tenía buena voz pero sin educar. Cuando vine a Madrid a estudiar sociología, un amigo que estudiaba en la Escuela de Canto me animó a hacer la prueba de ingreso, me cogieron y ahí empezó todo. Aunque continué con la carrera de sociología. Todavía hoy me sigue gustando estar al tanto de la enloquecida actualidad socio-política española, que sigo desde Alemania gracias a Internet.
P. ¿Por qué dejó la Escuela de Canto?
R. Se había quemado una etapa. En aquel momento no lo veía claro y necesitaba cambiar de aires. Entonces apareció Aldo Baldin. Me apunté a un curso con él en San Sebastián, le gusté y me propuso irme a estudiar a Alemania.
P. ¿Y se fue con él?
R. Lamentablemente, aunque empezó a arreglar los papeles para que pudiera hacerlo, a los tres meses falleció y no pudo ser. Aun así decidí irme de todas formas. Me aceptaron en la Escuela de Ópera de Stuttgart y a los tres años, tras sacar el título, comencé a audicionar.
R. Los tenores ligeros como yo no encajan muy bien en un teatro de repertorio alemán donde a uno le pueden pedir cantar de todo, lo que puede ser muy peligroso para la voz. La clasificación vocal es también distinta a la que conocemos en los países mediterráneos. Además de que tiene una enorme importancia el físico. Hoy en día existe una excesiva tiranía de los directores de escena que imponen los criterios estéticos sobre los vocales. A muchos de ellos, en Centroeuropa sobre todo, no les importa que la coloratura no sea perfecta, lo que buscan básicamente es la armonía física de los personajes.
P. Pero usted es delgado.
R. Pero como solo mido 1.70 me encasillaban como tenor bufo, lo que te impide acceder a un personaje principal, además de que muchos papeles bufos son graves, y yo soy ligerito. ¡Dios mío qué lío! Ja, ja, ja. Con mi estatura y voz no era fácil que me permitiesen hacer un don Ramiro de Cenerentola o un Almaviva en el Barbero. Así que me aparté un poco del género y me orienté sobre todo al oratorio.
P. ¿Por qué no volvió a España?
R. Alemania y su entorno es una zona que genera bastante trabajo en este género y por eso me quedé. Además es perfecto para mí, el fin de semana concierto y el resto de la semana con mi ‘family’, con mis hijos. No quiero perderme nada y quiero ayudarles lo más posible en los años más importantes de su crecimiento y formación.
P. ¿Entonces ya no canta ópera?
R. En concierto sobre todo, aunque he hecho alguna producción escénica como invitado. Mis programas de concierto siempre incluyen arias de ópera, romanzas de zarzuela y todas con el sello de la casa, los sobreagudos: por ejemplo, El trust de los tenorios siempre lo acabo en re natural sobreagudo. En todo este tiempo he cantado muchas veces el agudísimo papel del cisne en los Carmina Burana. En este 2015 he llegado a las 225 representaciones de este título.
R. No, con el cisne (Der Schwan) he hecho muchas giras. En una de las que hice por México lo canté 15 veces en 16 días con un ensemble de piano y percusión de Viena y con una orquesta de Friburgo. Los Carmina los he cantado en la sala grande de la Filarmónica de Berlín, en el Lenin Memorial Center en Rusia, la Filarmonia de Colonia, el Auditorio Nacional de Madrid, el Auditorio Nacional de Mejico o en la Tonhalle de Zürich.
Foto: interpretando al cisne a ocho metros de altura (La Fura) |
R. Ese es un error muy extendido. La partitura original está escrita para tenor, entre otras cosas porque hasta tres años después de su estreno no se empezó a retomar esa técnica de canto. Yo mismo contacté con la Fundación Orff en Munich, me desempolvaron el primer programa de los Carmina de Frankfurt de 1937 y el intérprete del cisne era un tenor, no un contratenor.
P. ¿No existían entonces contratenores?
R. En el año 1937 no había resurgido todavía la figura del contratenor en la escena lírica mundial, por lo que es imposible que Orff pensara en un contratenor para el papel del cisne. Fue el contratenor inglés Alfred Deller quien rescató en los años cuarenta, como bien argumenta Arturo Reverter en alguno de sus artículos, el protagonismo que había tenido el contratenor en los siglos XV y XVI. Además, el cantarlo a voz tiene un sentido musical y expresivo plenamente justificado ya que el cisne demuestra su sufrimiento, su desgarro, alcanzando esas notas tan agudas, con carácter 'ironico lamentoso‘, como marca la partitura. Lo que ocurre es que a algunos programadores les da igual o el agente de turno impone a un contratenor, pero no se puede comparar el esfuerzo de cantar el papel a voz a hacerlo en falsete contratenoril.
P. ¿Sus hijos estudian música?
R. Mis mellizos de 11 añitos también son músicos, mi hija toca viola y piano y mi hijo violoncello y batería, una mezcla algo inusual. A mi hijo lo acompaño desde hace unos años a clases de batería y a lo tonto me he puesto a tocarla yo también como hobby ¡por supuesto! He descubierto mi alma percusionista: toco boleros, bossa novas, blues, cha,cha, chá, rock, pop, de todo un poco. Así que cuando me retire del canto, fundaré una banda, ja, ja, ja.
Foto: Asiaín delante del Teatro Principal de Mallorca |
R. Acabo de cantar en la Sala Gayarre del Teatro Real en el marco de la presentación de la biografía del tenor. El 24 de octubre interpreté en el Teatro Principal de Mallorca el tenor más agudo de los dos de la Missa de Gloria de Rossini. Tiene un aria endiablada, el Qui tollis / Qui sedet adexteram. Es una obra muy poco conocida de la que hay una grabación de estudio magnífica de Francisco Araiza y Raúl Giménez. Estoy muy contento con el resultado y mereció la pena abordar la partitura. He hecho seis o siete Carmina con La Fura dels Baus, colgado de una grúa a ocho metros, ¡Eso sí que fue un reto! También he participado en algún montaje de la Ópera de Cámara de Navarra.
P. ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
R. Lo más inmediato es un Stabat Mater de Rossini en Dresden, una gala lírica en Austria, Carmina Burana en la sala grande del casino de Berna donde ya he cantado y luego en el Palacio de Festivales de Lucerna, entre otros lugares. Me estoy planteando grabar un CD con arias y canciones belcantistas, quizá sólo de Rossini, tengo que madurarlo todavía.
Joaquín Asiáin | tenor: "La excesiva tiranía de los directores de escena impone criterios estéticos sobre los vocales"
Reviewed by Diario Lírico
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1.11.15
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